Olvidado en el tiempo: El curicano que creó el primer telégrafo inalámbrico de América

El 17 de septiembre de 1898, el Inspector de Oficinas Telegráficas, Ramón Luis Norero, estableció el nuevo sistema de onda electromagnéticas y sin alambre a través del canal de Chacao.

17 de Septiembre del 2024 · 08:41
Olvidado en el tiempo: El curicano que creó el primer telégrafo inalámbrico de América
Daniel Nonero, sitio eldefinido.cl

Por Sebastián Ormazábal

Con información de ElDefinido.cl

En  la segunda mitad del siglo XIX. ¿De qué manera podías comunicarte con tus parientes o amigos que vivían en otras ciudades o países?

Era una época donde no se gozaba de la rapidez de medios actuales como el teléfono celular o internet, y el desarrollo de los primeros teléfonos y el fax estaban aún en pañales.

Debido a estas limitaciones, si querías enviar un mensaje a otra localidad, necesitabas recurrir al clásico correo que repartía las encomiendas y cartas a caballo por vía terrestre, o en barco por vía marítima.

Sin embargo, en Chile hubo un genio creativo que desarrolló, en paralelo a Europa, esta maravilla de los tiempos modernos, ¡pero nadie lo recuerda! Lo mejor de todo, es un curicano, Ramón Luis Norero. Lo peor, no ha sido reconocido.

Los primeros telégrafos requerían un sistema de cableado, ya sea por tierra o a través del mar. En este último caso, se hacía mediante cables telegráficos submarinos que, aunque no lo creas, ¡atravesaban océanos enteros! (y se podían cortar…).

Un ejemplo es el cable telegráfico transatlántico que conectó Europa y Norteamérica desde 1858, y redujo inmediatamente el tiempo de comunicación desde diez días (lo que demoraba enviar una carta por barco), a un par de minutos. Actualmente, seguimos usando los cables submarinos —por ejemplo, para los servicios de telefonía e internet— pero con materiales modernos como el polietileno y la fibra óptica.

Mientras en el viejo mundo un italiano, Guillermo Marconi, sentaba las bases para convertirse en el padre de la telegrafía inalámbrica y la radio, en Chile un empleado del Servicio de Correos y Telégrafos, Ramón Norero (1870-1952), también realizaba experimentos innovadores de telegrafía inalámbrica a fines de la década de 1890.

Después de sucesivos cortes del cable telegráfico submarino que unía a Llanquihue con Chiloé, Norero, en su calidad de Inspector de Telégrafos, se las ingenió para solucionar el problema con ondas electromagnéticas y sin necesidad de cables. Este hecho fue registrado en un parte de viaje del Capitán de Fragata de la Cañonera Pilcomayo, Roberto Maldonado, fechado el 7 de febrero de 1899. Respecto del hecho, el Capitán Maldonado dice textualmente lo siguiente en su informe:

“En vista de que en repetidas ocasiones se había cortado el cable telegráfico que unía a Chiloé con Llanquihue, en el Canal de Chacao, a causa de la extraordinaria corriente y del fondo irregular de este canal, el 17 de septiembre de 1898 el Inspector de Oficinas telegráficas señor Ramón Luis Norero, estableció el nuevo sistema de onda electromagnéticas y sin alambre a través del canal de Chacao, con dicho objeto estableció dos líneas de alambre en ambas orillas, más o menos paralelas, de 2.000 metros de largo cada una entre Punta Santa Teresa y Punta Coronel por el Norte y Punta Gallan y Punta Soledad por el Sur […] Se transmite la vibración por inducción de una a otra línea, recibiendo en un fono las señales alfabéticas por el sistema Morse”.

De acuerdo a las cuatro puntas mencionadas, se habrían enviado los mensajes entre una anchura de 2,3 a 3,5 kilómetros, a través del Canal de Chacao.

Este sistema instalado por Norero, que en menos de seis meses desde su inauguración ya había transmitidomás 5.000 telegramas a través del Canal de Chacao, sería la primera comunicación telegráfica mediante ondas electromagnéticas y sin hilos llevada a cabo en América, apenas un año después de la demostración de Marconi en Europa.

¿Quien era Nonero?

Ramón Luis Norero Olate, nació en Curicó un 1 de noviembre de 1870 como hijo del matrimonio entre Bartolomeo Norero (inmigrante que arribó desde Rapallo) y Carmen Olate.

Creció en una familia humilde y habría completado solamente estudios secundarios en la época. Con su prima hermana Filomena Norero (1873-1951), tuvieron diez hijos entre 1899 y 1915, de los cuales cuatro no sobrevivieron el primer año de vida.

Según el testimonio de su nuera, Ramón habría destacado por su inteligencia, formación autodidacta en física y matemáticas, y gran gusto por las tecnologías de radio y comunicaciones.

Estas habilidades las habrían heredado sus tres hijos varones, ya que Ramón Luis (hijo) estudió matemáticas e ingeniería —además de escribir una serie de libros sobre física cuántica— German estudió ingeniería y Eduardo (esposo de Mercedes Beneventi) fue médico radiólogo, obligado por su padre a pesar de querer ingresar también a ingeniería, siendo un aficionado a las radiocomunicaciones .

Contrario a lo que me esperaba, según su nuera y nieta, Ramón no fue a la universidad y tampoco habría viajado a Europa como para tener un contacto cercano con los trabajos de Marconi.

A pesar de que habría sido muy meticuloso al registrar todos sus trabajos como Inspector de Telégrafos a lo largo del país, además de experimentos previos a 1898 en radiotelegrafía, lamentablemente su familia botó a la basura todo ese material almacenado en una bodega de la casa (¡no sabían lo valioso que era!). Lo triste es que, al no contar con ese material, nunca se sabrá si Norero se pudo haber adelantado a Marconi en la radiotelegrafía.

Otro dato interesante, es que Norero participó con apenas 20 años de edad en la guerra civil de 1891, llevando a cabo una aparente labor de espionaje en la cual su esposa lo habría ayudado entregando mensajes e informes escondidos bajo su ropa. ¿Apoyo al bando de Balmaceda o a los congresistas? ¿Tal conflicto bélico lo habrá llevado a dimensionar la importancia de la telegrafía sin hilos? Lamentablemente, Mercedes no recordaba tales detalles.

A pesar de que su nuera lo consideraba alguien muy inteligente y creativo, cree que su carácter sencillo y humilde le jugó una mala pasada como para ganarse un lugar al menos en la historia de Chile, ya que no buscaba destacar y era muy poco ambicioso tanto en su trabajo como en invenciones que nunca comunicó ni patentó. Solo recuerda que ya a edad avanzada, Norero habría recibido un reconocimiento (que incluía dinero) por parte del Estado.

Su trabajo lo traslado por todo el país, vivió muchos años y crio a sus hijos en Lo Espejo. Al final de su vida, se dedicó a invertir en la bolsa, especialmente en Copec. De hecho, su nuera relata que el día en que falleció, un 19 de agosto de 1952, se encontraba precisamente escuchando el boletín de la bolsa por la radio.

Esta investigación tiene por objetivo sacar de las sombras a un compatriota y pariente lejano que sin duda debió haber quedado registrado en la historia de la ciencia y tecnología del país.

“Nadie es profeta en su tierra”, dice el dicho. Por ahora quedo a la espera de más informaciones respecto a este personaje, proponiendo, por qué no, que se lo nombre hijo ilustre de Curicó, o bien que se levante una estatua al borde del canal del Chacao con su figura, o inclusive algún reconocimiento a su pionera hazaña en el Museo Postal y Telegráfico de Correos Chile.

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