Cobro de parquímetros: ¿Lucro o necesidad?

De un tiempo a esta parte se han incrementado notoriamente las áreas de cobro de parquímetros. En lo inmediato está en perspectiva ampliar esta área a los alrededores de la plaza San Francisco y la calle Benedicto León, siendo esta una calle eminentemente residencial.

Demás está decir que los vecinos y la Junta de Vecinos a la que corresponde esta calle se oponen a la iniciativa, sin embargo, fuerzas ocultas la impulsan,  como diría un humorista, sospechosa la iniciativa.

Parto de la base que las calles son un bien nacional de uso público administradas por las municipalidades. Desde este punto de vista los habitantes de la ciudad no tenemos que pagar por el uso de estas calles, sin embargo, la autoridad en los últimos años se ha empeñado en hacer de la excepción la regla general.

La pregunta me viene a la mente: ¿Por qué se cobra? Los primeros cobros en el centro de la ciudad fue para hacer más asequible el acceso al centro comercial de la ciudad ya que cuando la ciudad era más pequeña, quienes trabajaban en el centro dejaban estacionados sus vehículos durante todas la jornada laboral impidiendo que el resto de los usuarios del comercio pudieran usar las calles como estacionamiento. Su cobro fue racional pues el objetivo era el ya indicado, no otro.

¿Cuál es el objetivo hoy? Evidentemente que el objetivo, a mi juicio es el lucro, el obtener el máximo posible con el mínimo esfuerzo e inversión?

¿Quién gana? El concesionario del cobro de parquímetros y el municipio.

¿Qué ganamos los habitantes de la comuna? Nada en especial que sea proporcional a la obtención de esos recursos.

La autoridad está al debe. No hay una sola inversión conocida que tenga por objeto mitigar la carencia de espacios para estacionamientos.

Ya es hora que el municipio, en vez de extender las áreas de cobro de parquímetros se preocupe de establecer zonas de estacionamientos, sea gratuitas, sea de bajo costo.

El cobro de parquímetro afecta principalmente a la tercera edad y enfermos, que tienen la obligación de ir a hacer sus diligencias al centro de la ciudad y no lo pueden hacer en locomoción colectiva pues esta no es la más fluida y resulta incómoda para ese segmento de la población.

Afecta a personas de la clase media y baja, que ha pagado al municipio su permiso de circulación y al gobierno el impuesto específico a la gasolina.

Ya es hora que nuestros concejales se ocupen del problema del estacionamiento de los vehículos y den una solución y no sólo se dediquen a esquilmar a quienes precisamente somos quienes conforme a la ley tenemos el derecho de ocupar gratuitamente esos bienes. O bien, que vuelva la racionalidad rebajando sustantivamente el cobro del uso de la vía pública como estacionamiento, volviendo al objetivo inicial, hacer accesible a todos las calles y no fin de lucro, que es lo que ocurre hoy.

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