Shakira y el karma

En esto del periodismo (y también en la vida) he aprendido que en toda historia hay siempre dos  versiones y que, si nos quedamos solo con una de ellas, es probable que emitamos juicios a partir  del prejuicio que nos permite solo conocer la mitad del cuento. No olvidemos lo que ocurrió con Amber Heard y Johnny Deep.

El caso de Piqué y Shakira (lo mismo que Amber y Jhonny) ha tenido tanta repercusión porque nos  aterriza, nos da un golpe de realidad, nos lleva al plano personal, no nos deja como simples espectadores. Al fin de cuentas muchos han (o hemos) sufrido o recibido en carne propia el escarnio y los dardos del entorno solo porque ese entorno tiene una parte de la historia. Todos somos malos en la historia de alguien dicen algunos “memes”.

Es verdad que en la generalidad de las agresiones las mujeres son las principales víctimas  recurrentes y que los hombres agredidos son los menos, pero que sean los menos, no le resta  importancia ni es menos grave lo que sufren esas víctimas invisibilizadas de la violencia. Cuantos hombres hay que tras una discusión los han hecho dormir en el suelo y después la justificación ha  sido “te lo merecías”, como lo ocurrido con Deep.

Shakira hizo lo que muchas mujeres quisieran hacer y no se atreven o no tienen los medios ni la  tribuna para hacerlo, “desquitarse”, “vengarse”, “funarlo” como varias que desearían – y con justa  razón – desenmascarar a esos lobos que tanto daño les han causado y de paso, embolsarse una  buena cantidad de dinero por las canciones y la popularidad que obtiene con la polémica.

Podemos estar o no de acuerdo, podemos creerle a Shakira o a Piqué, podemos tomar una u otra  postura, podemos justificar a Shakira o especular con Piqué, eso ya es cuestión de cada uno porque  sin tener la otra versión, solo serían eso, especulaciones. Lo cierto es que entre tanta “directa indirecta” pareciera que Piqué respondió detrás de varios “emojis”, todo es un circo, ha sido un  circo, “Superalo”.

El caso Shakira - Piqué ha dado que hablar y seguirá dando material para los asados y los programas  de farándula y para columnistas de poca monta con tejado de vidrio como este. Ha dado y dará que  hablar porque los efectos y conjeturas son variadas. ¿Siesto fuera al revés y fuera un hombre el que  reaccione de esta manera? Pensemos en ficción, sien 2010 el argentino Antonio de la Rúa le hubiera  cantado algo así a la misma Shakira cuando ella lo engañó con Piqué, ¿Cuál habría sido la reacción?

Pero insisto, el lobo siempre es el malo cuando solamente  le preguntamos a Caperucita o cuando Caperucita es la única que canta el cuento.  De canciones de desamor, el espectro musical está lleno.  Desde rancheras a rock and roll, pasando por las salsas, el blues y los boleros. Y hablando de Boleros, les dejo este clásico de Valparaíso, el ruiseñor de los cerros porteños, Jorge “Negro” Farías “Según tu punto de vista, yo soy el malo, el villano en tu novela, el Gran Tirano”.

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