Un cambio inesperado surgió en el caso relacionado con el descubrimiento de un cadáver en una bolsa en una calle de la comuna de Ñuñoa, en la Región Metropolitana. Detalles adicionales han sido proporcionados por la PDI sobre este suceso.
Una cámara de seguridad registró a una monja de unos 80 años empujando un carro de feria con el cadáver, que posteriormente fue dejado en la calle Las Talaveras en Ñuñoa, lugar donde el cuerpo fue hallado.
Tras este descubrimiento, la Policía de Investigaciones (PDI) ejecutó un operativo de allanamiento en la noche del martes en una residencia situada a pocas cuadras del lugar del hallazgo. Como resultado, dos mujeres fueron llevadas a prestar declaración ante la autoridad policial.
El subprefecto Juan Fonseca, a cargo de la Brigada de Homicidios Metropolitana, compartió información adicional. Reveló que había un acuerdo entre las religiosas residentes en la casa. Una tercera monja, hija de la propietaria, llegó para atender a su madre, quien padecía posiblemente de un trastorno. Esta mujer, también monja, habría mantenido el cadáver en una maleta por afecto hacia la fallecida.
Durante el allanamiento, se halló un bolso con una identificación posiblemente ligada al difunto, aunque aún se espera la verificación oficial. "En el lugar encontramos un bolso con una identidad que sería de una cuarta persona que debería corresponder a la persona fallecida, pero estamos a la espera de la confirmación científica", explicó Fonseca.
El fiscal Francisco Lanas indicó que la monja está siendo investigada como sospechosa y enfrenta una posible condena de 61 a 541 días.