El líder del Grupo de Investigación Antártica de la Universidad de Santiago (Usach) y experto en cambio climático, Raúl Cordero, sostuvo que la zona central del país se verá afectada de forma irreversible por la disminución de las precipitaciones con lo que habrá graves efectos colaterales.
En entrevista con Radio Cooperativa, Cordero, indicó que “estamos viviendo un año hiperárido y la tendencia es a seguir perdiendo precipitaciones. Por ende, podemos esperar años aún peores”.
Lo anterior, advirtió el profesional, “no es reversible ni en el corto ni en el mediano plazo. En el mejor de los casos, lo que vamos a lograr es detener el empeoramiento de la situación. Si esto significa que en la zona central dejaremos de tener un clima mediterráneo para pasar a uno semiárido, eso es más o menos inevitable”.
“En las últimas tres décadas, ya perdimos casi un 30% de precipitaciones ahí y es probable que eso siga hasta mediados de siglo. Tenemos que tratar de mitigar el calentamiento global por un lado y tratar de adaptarnos por otro, para que ante esta nueva situación de poca agua y altas temperaturas podamos vivir”, postuló el experto.
Tras apuntar a la poca cantidad de nieve en la cordillera de la zona central, Cordero, llamó a cuidar los recursos y señaló que en el futuro “lo más probable es que, como Chile es un país de ingresos medios, quienes vivimos en las ciudades podamos sobrellevar esta situación. De hecho, en las últimas décadas se han hecho grandes inversiones para asegurar el suministro de agua para Santiago y también las grandes ciudades de la Quinta Región”.
“Hace un par de días, Esval inauguró una tubería que permitirá rellenar los embalses que abastecen al Gran Valparaíso con aguas del Río Aconcagua. Si no se hubiese inaugurado, en la próxima primavera y verano hubiesen enfrentado racionamientos”, aseguró el investigador.
Reiterando que los habitantes de las ciudades pagarán la escasez hídrica en las facturas, el especialista de la Usach indicó que esto “es muy diferente para los de zonas rurales, para ellos es mucho más complicado. Estamos hablando de gente que ya ha estado abandonando los campos desde hace unos años y otros que lo van a tener que hacer”.
“Los agricultores son mucho más conscientes que quienes estamos en áreas urbanas de la grave situación que nos aqueja, eso no ha sido solo este año. La agricultura en general consume el 72% del agua en el país, ese porcentaje es desafortunadamente normal pero la gente no tiene consciencia de que para cultivar un palto o una lechuga, necesitas gran cantidad. En todo el mundo, eso va entre el 65% hasta el 80% en algunos países”, describió Cordero.
En esa línea, el experto aclaró y precisó que “no es la agricultura la que está causando el déficit, no es el problema, sino que la pérdida del 30% de las precipitaciones”.
“El conflicto por las paltas no existiría si tuviéramos las precipitaciones en la zona central que teníamos hace un par de décadas. Pero existe y ese es otro de los costos que estamos pagando por el cambio climático, no solo en el del agua sino que en el de los alimentos, además de una conflictividad social exacerbada”, concluyó el investigador.
Todo sobre Nacional