La capital del ciclismo en peligro

Era habitual que Víctor Hugo Ramírez Ibarra, de 47 años, saliera a pasear con sus galgos por la ruta del sector Zapallar en Curicó. Como aficionado a las carreras, su presencia en los canódromos era frecuente.

Quizás veía en ellos una vía de escape a la cual dedicar su tiempo, sobre todo tras sufrir una caída desde un árbol que lo dejó con dificultades para moverse. Además, no tenía hijos, pero sí estaba en una relación. Entre otras cosas, también cuidaba a sus padres adultos mayores, congelando su vida laborar por un momento.

El pasado martes 27 de diciembre, alrededor de las 22:00 horas, “el guatón Hugo”, como le decían sus amigos, salió de casa en bicicleta junto a dos de sus canes para pasear. Inesperadamente, a 500 metros de distancia, un conductor de sólo 19 años de edad en estado de ebriedad con 1.55 gramos de alcohol por litro de sangre, regresaba de un carrete y lo atropelló matándolo en el lugar.

Lo anterior no hace más que demostrar que los siniestros y laaccidentabilidad vial es crítica en Curicó. Esto no es mero comentario, ya que también lo hemos consignado, por ejemplo, en la llamada “curva de la muerte” en Isla de Marchant, que en 12 años ha cobrado la vida de 30 personas.

Asimismo, el pasado 31 de octubre de 2023, otro conductor ebrio casi mata en la ruta a Los Niches al ciclista curicano, Nicolás Pacheco Villaroel. La justicia, en este caso, se volvió un chiste tras revertir la prisión preventiva del sujeto por el arresto domiciliario, no acogiéndose a la Ley Emilia. ¿La razón? La víctima se recuperó. Insólito.

Marcelo Aliaga, autor del libro, “Una Ciudad Ciclista, Vida Pasión y Muerte en la Capital del Ciclismo Chileno”, aseguró en entrevista a VLN Radio que la probabilidad de que se produjera una muerte durante diciembre de 2023 en la comuna “era de un 89.9 por ciento”. Ello marca una tendencia trágica que sigue al alza y no se detendrá en el corto plazo. “Estamos normalizando la muerte”, sostiene, “en una región donde coexistimos con los mayores índices a nivel nacional de siniestros viales”.

Irónicamente, en una ciudad que se vanagloria y es investida con una estampa ciclista, se manifiesta una evidente falta de obras (no medidas) de mitigación en sus rutas. Así también es patente una carencia de ciclovías y bermas para los peatones. Incluso desde la Seremi de Transporte reconocen esta falencia, comprometiéndose a acudir prontamente.

Lo anterior genera una contradicción. Si bien se incentiva el uso de la bicicleta y el transporte público, sobre todo por la congestión vehicular, no existen rutas adecuadas para aquello. De igual forma, también hay que responsabilizar a muchos conductores y el consumo de alcohol al volante, sumado al exceso de velocidad.

En el caso de Zapallar o mejor dicho en el sector oriente de Curicó, hace bastante tiempo los vecinos están pidiendo una comisaría. Esto no sólo para resguardar la seguridad, sino que también para marcar presencia en los controles, lo que al menos produciría una mayor fiscalización para quienes transitan.

A propósito de la función policial, una de las criticas esbozadas a raíz de este reciente accidente fue la tardanza de la llegada al lugar de la Sección de Investigación de Accidentes del Tránsito (SIAT) de Carabineros. Esta tiene por misión periciar el sitio del suceso para realizar un informe que, posteriormente, servirá para determinar el grado de culpabilidad de los involucrados.

En este sentido, cabe señalar que el cuerpo de Víctor Hugo Ramírez Ahumada, estuvo más de seis horas en la vía pública. Los funcionarios policiales – concentrados en la comuna de San Rafael - estaban realizando un procedimiento en Constitución, lo que causó indignación por parte de la familia del fallecido.

Este problema seguirá si no se realizan cambios sustanciales, que permitan adosar también una cultura preventiva. Eso sí, es prudente señalar que las cifras no sólo afectan a la provincia de Curicó, porque en Chile el 3 por ciento de los fallecidos en el tránsito son ciclistas. Sólo durante el año 2022, la bicicleta participó en 2 mil 866 siniestros viales y resultaron 61 pedaleros fallecidos, mientras que otros 2 mil 399 quedaron lesionados.

Algo debe cambiar en la “capital del ciclismo” y debe ser pronto.

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