Los desafíos que tendrá el técnico que llegue a Curicó Unido
Periodista de VLN Radio
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de VLN Radio.

Tras la polémica y resistida salida de técnico Damián Muñoz, una de las interrogantes que surgió inmediatamente tras la conferencia de prensa ofrecida por los dirigentes en el complejo deportivo Santa Cristina el pasado lunes, estuvo orientada a qué perfil y cuáles son los desafíos que tendrá el nuevo estratega una vez que asuma la banca albirroja.
La respuesta fue clara sólo desde el punto de vista deportivo; alcanzar “el famoso” 45 por ciento de rendimiento en el primer tramo de su mandato. Ahora, si bien esta es una primera exigencia que tendrán desde la directiva, lo cierto es que intrínsecamente el desafío será mucho mayor y no estará orientado únicamente a la búsqueda de resultados, sino que a alinear todas las partes que componen la institución para ir en la búsqueda de los objetivos trazados, lo que -sin duda- será planteado el miércoles 31 de mayo cuando los jugadores regresen a los entrenamientos y probablemente deban –por primera vez- verse las caras con el nuevo cuerpo técnico.
A pesar de que aún falta por conocer el nombre que sucederá a Muñoz, quien aterrice en Santa Cristina deberá lidiar con un plantel que tiene una moral alicaída por los resultados (a pesar del triunfo ante Colo Colo) y que actualmente vive una compleja situación en la tabla de posiciones en el decimocuarto lugar, a tres puntos de la zona de descenso y donde sólo supera a Magallanes y Deportes Copiapó, equipos recientemente ascendidos a la categoría de honor.
Así también, el cuerpo técnico deberá tener la capacidad de lograr recomponer nuevamente un vínculo efectivo y extensivo entre el plantel, gerencia deportiva y dirigencia, urgencia inmediata en una convulsionada institución que hoy es una olla a presión y que ha sufrido más de la cuenta por la falta de honestidad de las partes, donde en muchas ocasiones se ha velado más por intereses propios que grupales, lo que ha generado una disputa interna donde existe desconfianza a la palabra empeñada y opiniones circulando en un área que debe ser exclusivamente interna, pero que tiene filtraciones hacia los hinchas y medios de comunicación.
Otras de las misiones que tendrá el nuevo DT, será trazar las líneas para reducir el plantel de 38 jugadores con el que cuentan los albirrojos, sobre todo porque la planilla estaba diseñada para competir en tres frentes; Torneo Nacional, Copa Chile y Copa Libertadores, lo que a todas luces va a generar una toma de decisiones relacionada a que algunos jugadores deban partir a préstamo, debido a que no sumarán muchos minutos en el certamen criollo. En la misma línea y tras conocerse que el Tribunal de Disciplina de la ANFP no aplicará una sanción debido al fair play financiero, el nuevo estratega deberá darle visto bueno a quienes podrían reforzar el equipo en el segundo semestre del torneo local.
Tema importante es la presión ejercida por una parte de los socios, quienes en octubre de 2021 entregaron la confianza a la actual directiva en las urnas, y abiertamente se opusieron a la salida de Damián Muñoz, llamando incluso a una asamblea extraordinaria con el objetivo de exigir respuestas ante lo que consideran una injusticia. En este sentido, la misión del nuevo técnico será la de reencantar futbolísticamente a un grupo que se siente pasado a llevar, donde los resultados -en caso de ser positivos- serán el mejor aliciente para bajar tensiones.
Hoy en día y debido a la situación deportiva que vive el club, seguramente el primer propósito del nuevo entrenador estará en alejar un posible fantasma del descenso, así también ir evaluando –si los resultados son buenos- las posibilidades de meterse en un nuevo certamen internacional, por lo menos para eso el campeonato entrega cierto margen de acción. Ahora, si bien esto puede ser una posibilidad, el terremoto que está viviendo Curicó Unido obliga a estar orientado sólo a no perjudicar su permanencia en primera división, con eso por lo menos debe darse por pagado. Ya habrá tiempo para la restructuración definitiva, armar un nuevo plantel y trazar objetivos en el largo plazo. Por ahora, los albirrojos deberán pasar este trago amargo, en una relación social e institucional que ha puesto sobre la mesa sus bases fundamentales, cuestionando incluso si sigue siendo el club de su gente.
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