Este miércoles se llevó a cabo en Curicó la inauguración del Centro de Estimulación y Atención al Neurodesarrollo Infanto-Adolescente, a cargo del municipio para brindar atención integral a niños, niñas y adolescentes (NNA) con sospecha o diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA).
El recinto, el primero en su tipo en la comuna y en la región del Maule, está emplazado en el sector de Santa Fe y se gestó a través de un convenio con el Servicio de Salud que aportó $124 millones para su puesta en marcha. En tanto, el municipio agregó $12 millones.
“Este Centro CEA ya comienza a ser toda una realidad y creo que es tremendamente relevante, porque muchas familias se sentían completamente solas, invisibilizadas, no acogidas por el Estado, por los gobiernos comunales. Esta es una temática que nunca se ha logrado abordar de buena manera y lo que nosotros iniciamos, hace años atrás, fue un trabajo que se trata de comenzar a pagar una deuda”, indicó el alcalde, Javier Muñoz.
Sobre el funcionamiento, la autoridad refirió que las instalaciones “ya están entregadas al Departamento Comunal de Salud en su infraestructura. Los profesionales están en pleno proceso de capacitación, han trabajado cerca de un mes en todo este proceso y también en el levantamiento comunitario que se tiene que hacer”.
“Ello va a permitir que en las próximas semanas ya se empiecen a programar las atenciones. (…) este es un dispositivo comunal, que vamos a trabajar como atención primaria municipal. (…) el éxito de este programa va a beneficiar a cientos de familias y operativo al 100% deberá estar dentro de la primera quincena de diciembre”, comprometió Muñoz.
El encargado del centro, Roberto Sepúlveda, destacó que “va a trabajar un equipo conformado por una doctora, una enfermera y una psicóloga, apoyando en toda la implementación de instrumentos, tamizaje, pesquisa y ojo clínico, para diagnosticar o confirmar sospechas de niños y niñas con TEA”. A esto, se suma “el componente más terapéutico y de abordaje integral, donde van a trabajar dos terapeutas ocupacionales, una fonoaudióloga, un kinesiólogo y una dupla psicosocial”.
“Ellos van a trabajar en dos espacios, una sala de actividades para la vida diaria y un gimnasio sensorial. Los dos tienen objetivos diferentes, pero siempre es potenciar la autonomía, la independencia de los niños y también su estimulación sensorial”, definió Sepúlveda.
La madre de uno de los niños que se atenderán en el recinto, Blanca Bustos, relató que su hijo, Agustín Parra (6), tiene condición de espectro autista. “Esta casa va a ser una nueva oportunidad, esperanza y compañía tanto para los niños, adolescentes como para sus cuidadores. Es algo tan importante y necesario que necesitaba la comunidad, para que puedan desarrollarse de manera integral”.