La semaglutida, un medicamento originalmente diseñado para tratar la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares, ha ganado popularidad como una solución rápida para bajar de peso, impulsada en gran medida por influencers y celebridades. Sin embargo, este uso cosmético desmedido ha generado preocupación en la comunidad médica.
El fármaco inyectable ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2. Además, puede tener efectos beneficiosos para la salud cardiovascular.
Si bien es cierto que la semaglutida puede generar pérdida de peso, la Doctora Camila Oda, académica del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de O’Higgins, advierte sobre la falta de investigación a largo plazo que respalde su uso para este fin. "Aún no se ha comprobado si la pérdida de peso se puede sostener en el tiempo", señala la experta.
El uso masivo de la semaglutida para bajar de peso ha provocado desabastecimiento, afectando a pacientes con diabetes que realmente necesitan el medicamento. Además, la Dra. Oda advierte sobre los posibles efectos secundarios a largo plazo: "Utilizar un medicamento que no necesitas puede desequilibrar tu cuerpo y generar problemas de salud que antes no tenías".
La Médica Oda señala que la obsesión por la delgadez y la presión social impulsan el uso indiscriminado de la semaglutida. "Vivimos en una cultura que asocia la delgadez con el éxito y la felicidad, y muchas personas buscan atajos para alcanzar ese ideal", explica.
Recomendaciones
Es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de usar semaglutida. Recuerda que la pérdida de peso sostenible se logra a través de hábitos saludables, como una alimentación balanceada y ejercicio regular.