Un preocupante estudio desarrollado por el académico Armando Durán Bustamante de la Universidad de Talca, revela una caída sistemática y una profunda crisis de inversión inmobiliaria en Curicó, con graves consecuencias para el empleo, el Producto Interno Bruto (PIB) local y el costo de la vida.
El análisis indica que la capital provincial está "literalmente estancada" en materia de edificación, comparándola negativamente con otras comunas del Maule y de regiones vecinas.
El estudio de la Universidad de Talca expone cifras lapidarias sobre la actividad inmobiliaria donde se registró una contracción de 220% en los permisos de edificación de viviendas entre 2021 y 2025, evidenciando una caída constante que se arrastra desde 2018.
El centro de Curicó muestra una "decadencia" en su casco urbano dice el académico, agregando que el último edificio residencial en el sector de Argomedo data de 2013, lo que implica un lapso de 10 años sin una nueva edificación en altura.
Por otra parte el recorrido por el casco histórico realizado en el marco de la investigación, revela más de 45 sitios urbanos disponibles (contabilizados entre Camilo Henríquez y Argomedo) que, en lugar de ser utilizados para viviendas, funcionan como sitios eriazos y estacionamientos.
Además la falta de renovación en el casco central provoca un aumento de "guetos urbanos" (de extensión, no verticales), donde la gente se aleja del centro, generando un crecimiento desorganizado de la ciudad.
Estos antecedentes arrojan la no beneficiosa estadística de que Curicó se ubica entre el octavo y décimo lugar en edificación a nivel regional. Comunas como Linares están construyendo el triple en viviendas, y San Javier, 10 veces más.
Una de las razones principales de esta decadencia dice el académico, es la baja en los permisos de edificación que genera una "burbuja" que impacta directamente en el precio de la vivienda y, consecuentemente, en el costo de los arriendos.
El valor del metro cuadrado de terreno en el casco urbano de Curicó se encuentra entre 15 y 25 UF, catalogado como "muy altísimo" por el experto. En un ejemplo concreto, dice Duran, comprar en Curicó es tanto o más caro que en algunas zonas de "barrios altos" de la Región Metropolitana.
La escasez y el alto costo del suelo urbano han provocado que algunas inmobiliarias se retiren de la zona para trabajar justamente en comunas cercanas que terminan transformándose en ciudades dormitorios.
Otro ejemplo concreto es lo que ocurre en Linares que hoy ofrece siete proyectos de vivienda para el mismo nicho de clase media.
Esto da cuenta que el tipo de vivienda de entre 2.000 a 4.000 UF, que era accesible para la clase media, "ya se fue de Curicó" debido a la falta de liquidez de las inmobiliarias y la lentitud en las ventas dice Duran.
El estancamiento del sector de la construcción, que históricamente ha sido un motor de empleo representando el 10% de la mano de obra y que es crucial para absorber la cesantía está generando graves consecuencias.
Este estancamiento además provoca que al paralizarse el rubro, la mano de obra no calificada y en algunos casos tambien calificada, debe migrar al sector agrícola.
Sin embargo, según el análisis del académico, la raíz del problema se atribuye a que Curicó "no ha creado nuevas industrias" ni ha generado una renovación de empleos con mejores salarios.
El promedio de sueldo en la ciudad se sitúa cerca de los $800.000 y cuando para acceder a una vivienda de 2.000 UF, se requeriría un sueldo de aproximadamente $1.600.000, es prácticamente optar a esa adquisición.
Además según los últimos estudios, para un crédito hipotecario de $500.000, el sueldo requerido sería de $2.000.000 (basado en que el endeudamiento es el 25% del sueldo). Estos montos están muy por encima del promedio salarial de la ciudad.
A esto se suma que las familias de clase media enfrentan tres problemas: las restricciones crediticias, el aumento de la tasa de interés (de 2.5% a 5% desde 2016-2019) y la falta de stock para su nicho lo que obliga a los habitantes a buscar soluciones habitacionales fuera del centro, impulsando a comunas como Molina a convertirse en "ciudades dormitorio" con proyectos masivos de más de mil viviendas.
Para una familia de clase media que busca comprar una casa o departamento, Curicó solo tiene una opción de proyecto de extensión (en Bombero Garrido, a menudo vinculado a subsidios) y dos opciones de departamentos a diferencia de Molina por ejemplo, que tiene una oferta mayor dice Durán.
Pero este desplazamiento al llamado sector de extensión y parcelas, a diferencia de lo que se puede pensar, termina por "encarecer la calidad de vida" debido a los enormes costos y tiempos de traslado, además de generar problemas de servicios básicos (agua potable, basura) que recaen finalmente en el municipio.
El profesor Durán concluye que, desde el terremoto de 2010, Curicó es la ciudad que se encuentra más estancada en la Región del Maule en la reactivación de su casco urbano, un problema que requiere urgentes medidas regulatorias y económicas para revertir la tendencia.
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