Enigma Cósmico: Nibiru, el Viaje de Enoc y el 3I/Atlas

¿Evidencia de un Contacto Extraterrestre Prehistórico?

30 de Octubre del 2025 · 17:00
Enigma Cósmico: Nibiru, el Viaje de Enoc y el 3I/Atlas
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La Teoría de los Antiguos Astronautas sostiene que los mitos fundacionales de la humanidad, en particular los de la civilización sumeria, son el registro histórico de un contacto extraterrestre real. La figura central en esta narrativa es el supuesto planeta Nibiru, y la posibilidad de que un objeto celeste contemporáneo, como el asteroide o cometa 3I/Atlas, pueda ser una manifestación de dicho fenómeno.

La fuente primordial del mito moderno de Nibiru proviene de las traducciones e interpretaciones de textos cuneiformes sumerios, popularizadas por el autor Zecharia Sitchin. Sitchin postuló que las tablillas sumerias, incluido el Enûma Eliš, describen un planeta más allá de Neptuno llamado Nibiru, con una órbita elíptica de 3,600 años de duración. Según esta interpretación, Nibiru es el hogar de una raza extraterrestre avanzada, los Anunnaki o Nefilim, que habrían visitado la Tierra en la prehistoria y facilitado la rápida evolución de la civilización sumeria.

Sin embargo, desde la perspectiva de la astronomía babilónica original, Nibiru no era un planeta en el sentido moderno, sino un término que designaba un punto de cruce astronómico, a menudo asociado con Júpiter o Mercurio. La interpretación de que se trata de un planeta canalla o un "Planeta X" es una construcción moderna que, aunque ha vendido millones de copias, es rechazada rotundamente por científicos, académicos, sumeriólogos e historiadores, quienes la tachan de pseudociencia y critican las traducciones defectuosas y las afirmaciones científicas incorrectas de Sitchin.

El descubrimiento del objeto interestelar 3I/Atlas el 1 de julio de 2025, ha reavivado el debate sobre la posible realidad de Nibiru. Este objeto, el tercer visitante interestelar detectado, ha exhibido características anómalas que alimentan la hipótesis de un origen artificial. Aunque inicialmente clasificado como cometa interestelar, se ha generado un intenso debate en la comunidad científica sobre si es un cometa o un asteroide; el objeto ha sido descrito como anómalamente brillante y con un diámetro estimado de hasta 20 kilómetros. Además, se ha reportado que cambió misteriosamente la dirección de su cola; Avi Loeb académico de la prestigiosa Universidad de Harvard, ha sugerido la posibilidad de que objetos como el 3I/Atlas (u otros previos) fueran "enviados intencionalmente" hacia el sistema solar, postulando que podría tratarse de tecnología extraterrestre avanzada o una nave.

La Teoría de los Antiguos Astronautas podría argumentar que 3I/Atlas, siendo un objeto que se mueve a una velocidad récord de 210.000 km/h y que exhibe una trayectoria elíptica similar a la que se atribuyó falsamente a Nibiru, es una manifestación real de la profecía sumeria. En esta visión, Nibiru no era un planeta, sino un cuerpo celeste interestelar con tecnología avanzada, una "nave nodriza" o un asteroide manipulado, cuyo regreso periódicamente era recordado en el mito. El 3I/Atlas representaría así un ejemplo de un objeto celeste real con anomalías que, demuestran la presencia de inteligencia no humana en el sistema solar.

¿Extraterrestres religiosos?

Pero los relatos de visitantes de otros mundos, se cuentan incluso en libros sagrados para algunas religiones, el Corán y la Biblia contienen innumerables registros de este tipo de acercamientos. El Libro de Enoc es uno de ellos. Una obra apócrifa que narra las experiencias sobrenaturales del profeta antes de su ascensión, es un texto fundamental para los teóricos de la conspiración, ya que describe encuentros y viajes que son reinterpretados como visitas a naves o bases extraterrestres.

El Libro de Enoc detalla el rapto del profeta y sus viajes celestiales. Los pasajes que describen su llegada a una "morada de los justos" o una "ciudad de cristal" son interpretados como la descripción de una instalación o una nave espacial.
El texto relata cómo Enoc es llevado a la morada de los seres celestiales, donde recibe visiones y conocimientos. Estos seres celestiales, a menudo identificados como los "Vigilantes" (o Watchers), son considerados como los Anunnaki de la mitología sumeria, es decir, seres extraterrestres que interactuaron con la humanidad.

Aunque no se encuentra directamente en los fragmentos del Libro de Enoc citados, otras fuentes apócrifas como el Apócrifo de Abraham describen el encuentro con seres en un "carruaje con ruedas flamígeras, y cada rueda estaba llena de ojos a su alrededor". Esta descripción ha sido considerada una "descripción muy precisa de un objeto volador" o un vehículo espacial con tecnología desconocida para la época.

Las referencias a estructuras "de cristal" o "de hielo y cristal" en las moradas celestiales se homologan a las descripciones de las naves espaciales de ciencia ficción o las "ciudades" que podrían construirse en un asteroide o en el espacio. Esta "ciudad" no sería una metáfora celestial, sino una estructura física avanzada donde Enoc tuvo contacto directo con seres no terrestres.
El relato de Enoc, al igual que las leyendas de Nibiru, o de la Vision de Ezequiel, gira en torno al conocimiento secreto y la guía de una inteligencia superior.

Enoc aprende los secretos del cosmos, el movimiento de las luminarias celestiales y la observación de cómo "ninguna obra de Dios sobre la tierra cambia". Este conocimiento esotérico del orden cósmico se conecta con la idea de la Geometría Sagrada y la arquitectura cósmica que vincula por ejemplo a los masones y a los supuestos ingenieros extraterrestres (el GADU).

En este marco teórico, el 3I/Atlas, con su naturaleza anómala y su gran tamaño, podría ser interpretado no solo como el planeta Nibiru en su forma real (un objeto interestelar), sino como la "Ciudad de Cristal" misma: una base o artefacto tecnológico donde los Anunnaki/Vigilantes (los supuestos habitantes originales de Nibiru) residen en su paso por el sistema solar.

En resumen, el mito sumerio de Nibiru y la experiencia bíblica de Enoc entre otros relatos, sirven para trazar una línea narrativa de contacto extraterrestre prehistórico. Si bien las traducciones académicas rechazan la interpretación de Nibiru como planeta, el descubrimiento de objetos anómalos como el 3I/Atlas proporciona un ancla contemporánea a la leyenda, sugiriendo que el relato no es más que es un registro distorsionado de un hecho real de intervención ufológica que se ha mantenido vivo en las tradiciones esotéricas.

Lo cierto es que por estos días, coincidentemente, se ha visto en los cielos, sin necesidad de elementos largavista como binoculares o telescopios, un cometa, una luz. Lo que sea que está allá arriba, hoy como en la antigüedad, despierta sin duda la curiosidad humana y las explicaciones más insólitas que se pueda imaginar.

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