Ocurrió en Curicó: A 10 años del crimen que impactó a todo el país

La noche del 29 de agosto de 2012, el conocido pediatra Francisco Ramírez Alvarado, asesinó a sus tres hijos en el sector Zapallar, para posteriormente quitarse la vida.

30 de Agosto del 2022 · 10:59
Ocurrió en Curicó: A 10 años del crimen que impactó a todo el país
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Por Marco Andrés Retamal

Con información de Sala de Prensa

La noche del miércoles 29 de agosto de 2012, una desesperada llamada al nivel 133 de Carabineros por parte de la curicana Pilar Merchak, reveló un hecho que impactaría a todo el país.

Aquella jornada y por razones que aun no encuentran explicación, su marido, el conocido pediatra Francisco Ramírez Alvarado, asesinó a sus tres hijos menores de edad y luego se quitó la vida frente a su mujer, o por lo menos, eso dice la versión oficial que estebleció la justicia, verdad juridica que jamás fue aceptada por la comunidad, quienes ven con incredulidad la posibilidad de que el médico especialista haya actuado de esa manera.

Pilar Merchak, es hija del médico y exintendente de la región del Maule, Norman Merchak Apse (DC), y vivía en una vivienda ubicada en el exclusivo barrio residencial de Zapallar, ese día, según la versión policial, la mujer arribó a su hogar, encontrándose con el horrible escenario.

De acuerdo a los antecedentes entregados por el Ministerio Público de aquel entonces, la mujer regresó a la casa ubicada en el callejón Río Danubio, al oriente de Curicó, tras realizar unas compras que el propio hombre le solicitó, con la excusa de organizar un viaje al extranjero. En un breve encuentro, el pediatra habría intentado retener y amarrar a Merchak, quien escapó al segundo piso de la vivienda para pedir ayuda a sus hijos, encontrándose con los cuerpos fallecidos.

Según la Fiscalía Local de Curicó, Sebastián (14), Juan José (16) y José Miguel (17) fueron obligados a arrodillarse, para luego ser asesinados con un disparo en la parte posterior de la cabeza.

El inspector de la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones (PDI) de Curicó, Cristián Fuenzalida, afirmaba por aquel entonces, que “de acuerdo a la dinámica y la interpretación científico-técnica del sitio del suceso, se logró establecer que los menores estaban en el segundo piso, de rodillas sobre un sofá, y tenían impactos de bala en los planos posteriores del cuerpo”.

Quien fue más categórico al declarar frente a la prensa, fue el fiscal regional del Maule de la época, Mauricio Richards, quien aseguró que los jóvenes “no presentaron ningún tipo de resistencia. Es muy probable que fueran sometidos por la fuerza del padre o del arma. Se habrían dejado llevar por las instrucciones de él”.

El expediente judicial del caso, indica que mientras la mujer estaba en el segundo piso escuchó otro disparo, el que se autopropinó el hombre para quitarse la vida tras cometer el macabro crimen. Richards precisó que fueron cinco los tiros que salieron de la pistola Beretta 9 milímetros, que estaba debidamente inscrita a nombre del médico.

Este hecho impactó a toda la comunidad y a su funeral asistieron centenares de personas, quienes lloraron la partida de los menores de edad.

La misa fue oficiada a las 13:00 horas del viernes 31 de agosto de 2012 por el otrora obispo de Talca, Horacio Valenzuela, en la Iglesia La Matriz de la ciudad.

En el lugar, el abuelo materno de las víctimas, el ex intendente Norman Merchak  afirmó que en medio del dolor se encuentran tranquilos: "somos una familia muy fuerte", dijo.

"No hay ninguna explicación para esto, ninguna respuesta para esto; sólo que nosotros, como hombres y mujeres de fe, como comunidad cristiana, creemos en la resurrección, creemos en la vida y que estos tres hermanos están gozando de la paz del Señor en el cielo", señaló el sacerdote y amigo de la familia, Mauricio Jacques.

En el inconsciente colectivo curicano quedaron decedas de dudas sobre como se sucedieron los hechos, sin embargo, la investigación se cerró atribuyéndole toda la responsabilidad al pediatra, cuyos pacientes, amigos, y relaciones, todavía recuerdan con cariño, y no dan crédito a la versión judicial.

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