La militancia del Frente Amplio (FA) recibió una comunicación oficial de su directiva nacional, encabezada por Constanza Martínez, abordando los resultados de la reciente elección presidencial. En ella, se analiza la victoria de José Antonio Kast, quien sucederá a Gabriel Boric en la presidencia de Chile.

El documento señala que los resultados electorales "nos interpelan con fuerza, pero también nos recuerdan algo fundamental: la historia no avanza en línea recta, y cada etapa de retroceso es también una prueba de convicciones, organización y proyecto, que, si logramos sortear de manera adecuada, nos permitirá recuperar una senda de avances y políticos". Esta misiva se emitió previo al comité central programado para este jueves.

La directiva delineó el rol que asumirá la izquierda a partir de marzo: ejercer la oposición. "Se abre un nuevo ciclo político donde el diálogo, los acuerdos y la defensa de las conquistas sociales serán centrales. Nuestra responsabilidad es estar a la altura de ese desafío", se lee en la carta. Añaden: "El FA debe seguir siendo lo que siempre ha sido: un partido serio, responsable (…), disponible para el diálogo cuando se trate de mejorar la vida de las personas, e implacable cuando se intente debilitar la democracia (…)”.

Asimismo, la misiva identifica los resultados del domingo como un reflejo de un fenómeno global: "la alternancia como expresión de un malestar no resuelto". Este malestar, según su análisis, "ha sido capitalizado por candidaturas diversas, desde opciones antipolíticas hasta expresiones nítidas de ultraderecha".

Ante este escenario, sugieren que "comprender ese escenario no implica resignación, sino claridad estratégica", así como también "humildad para reconocer que debemos crecer más allá de nuestras bases actuales". Para lograrlo, proponen escuchar a quienes no votaron por ellos y "comprender sus urgencias sin condescendencia".

La carta identifica a la "ultraderecha" como una amenaza para los "derechos sociales básicos, libertades individuales y consensos democráticos". Para contrarrestar esta amenaza, plantean la necesidad de "la amplia unidad" del "progresismo" y las izquierdas. "Es el único camino que permite defender lo conquistado y proyectar su profundización", afirman.

Advierten que esta unidad "no se decreta", sino que "se construye con paciencia, generosidad y mirada de largo plazo, siempre pensando en las urgencias concretas de la ciudadanía". Para salvaguardarla, consideran crucial no "caer en recriminaciones cruzadas que solo debilitan el aprendizaje colectivo". Agregan: "Este es un trabajo de largo aliento que requiere madurez política y sentido histórico".

Más allá del resultado electoral, la mesa directiva de Martínez reafirmó que el gobierno de Boric, militante del FA, "deja un país mejor que el que recibió". Enfatizan que "una dura derrota electoral no nos debe impedir reconocer relevantes avances que permitirán a los chilenos y chilenas vivir mejor (…). Chile no se cae a pedazos. Chile tiene desafíos, sí, pero también capacidades, avances y un horizonte posible de desarrollo compartido”.

A pesar de destacar los avances, la directiva también insta a "realizar una revisión crítica de lo que ha vivido Chile en los últimos años y nuestro rol como partido". Para ello, consideran esencial "un proceso profundo de reflexión política que se dará en el marco de nuestro primer Congreso partidario a partir de enero". Anticipan: "Queremos una bancada cohesionada, pero también un partido más insertado social y territorialmente, capaz de leer los nuevos sentidos comunes, de adaptarse a formas emergentes de organización, para así fortalecer su enraizamiento en la sociedad".

Concluyen con un mensaje de resiliencia: "Hemos sabido avanzar en momentos complejos y aprender en las derrotas. La esperanza no es ingenuidad: es una decisión política. Porque con el optimismo de la voluntad venceremos al pesimismo de la razón. Porque cada día es continuar. Porque la derrota es siempre breve”.