Formalizan a mujer que dejó morir a su madre para cobrar pensión

Este martes debía desarrollarse la postergada audiencia de formalización de cargos por estafa, falsificación y uso malicioso de instrumento público respecto de la mujer que usó el nombre de su madre, para cobrar por muchos años y de manera indebida, la pensión que recibía como viuda de un funcionario de las Fuerzas Armadas en la caja de previsión de la Defensa Nacional (Capredena).

Es el caso de la señora Ketty, una antigua vecina de población Prosperidad que murió en el abandono total y que después de 4 años gracias a un nieto, se pudo descubrir los restos esqueléticos que se mantenían sobre una cama de la casa de propiedad de la occisa.

Este caso de abandono total de una mujer adulto mayor causó impacto a nivel nacional, más aún cuando se supo que pudo haber muerto por inanición y por un cáncer mamario que presentaba, según recuerdan las vecinas del pasaje.

Desde que se conoció este triste y dramático caso, intervino la Fiscalía de Curicó que pidió a los detectives de la Brigada de Homicidios trabajaran para conocer la verdad en esta historia.

Fue así como se estableció con prueba fehaciente que la imputada Ketty Castro Cáceres, cobró beneficios estatales, en la caja de previsión de la Defensa Nacional (Capredena), simulando que su madre se encontraba viva.

En marzo pasado ya había evadido una primera audiencia, y este martes estaba todo listo para formalizarla, pero la imputada nuevamente no se presentó ante el tribunal, informó el fiscal jefe de Curicó, Miguel Gajardo.

Como la imputada Ketty Castro Cáceres, no se presentó de manera voluntaria en el Tribunal de Garantía, bastaron solo un par de horas para que un equipo de la Brigada de Homicidios llegara hasta su domicilio del pasaje 10 de Valles de Santa Fe y materializaran su detención.

Por lo tanto, la “Ketty Chica”, como es conocida por sus antiguos vecinos de población Prosperidad, pasará en calidad de detenida este miércoles a disposición del juez de garantía de Curicó.

Todo sobre Caso: Ketty Cáceres