Tribunal ordena a dueña de perro controlar ladridos que afectan a adulta mayor

La Corte de Apelaciones de Concepción ha emitido una orden judicial dirigida a la propietaria de un can, exigiéndole la implementación de acciones para prevenir que los ladridos de su mascota alteren la paz de una residente de avanzada edad en Hualpén, ubicada en la región del Bío Bío.

La resolución se fundamenta en un recurso de protección presentado, el cual señalaba que la mujer poseía un perro en su antejardín que “ladra innecesariamente de forma constante y persistente”. Según los antecedentes del caso, esta situación ha provocado un aumento en la presión arterial de la afectada, de 91 años, lo cual “pone en riesgo su vida debido a su diagnóstico cardiorrespiratorio”.

Ante esta problemática, se solicitó que la dueña del animal cese la perturbación y “mantener a su perro al interior de su casa”.

Tras escuchar los argumentos de ambas partes, los magistrados de la Quinta Sala del tribunal de alzada concluyeron, por unanimidad, que el “actuar de la recurrida constituye ‘violencia sorda’”.

El fallo detalla que “la exposición constante a ruidos molestos constituye una forma de violencia —que se ha dado en llamar ‘violencia sorda’— que afecta el descanso, genera estrés y ansiedad, y puede exacerbar condiciones médicas preexistentes en personas de avanzada edad, vulnerando así su derecho a la salud y a una vida digna”.

Al evaluar el recurso, se consideró que, si bien existen dos intereses en juego —la vida digna de una persona y la protección animal—, “prevalece el derecho fundamental a la integridad y la vida digna de un ser humano, más aún cuando pertenece a un grupo de especial protección constitucional, como son los adultos mayores”.

Dueña de perro debe adoptar medidas

En virtud de lo anterior, se ha instruido a la propietaria del perro a adoptar las medidas necesarias, efectivas y eficaces para asegurar que su mascota no continúe afectando la tranquilidad y el bienestar físico y psíquico de la adulta mayor. Esto podría incluir, si fuera preciso, la implementación de aislamiento acústico en el área donde se encuentre el animal, con el fin de minimizar la propagación de sus ladridos.

Adicionalmente, se ha cursado un oficio al Municipio de Hualpén para que lleve a cabo labores de fiscalización y verifique el acatamiento de las disposiciones establecidas por el tribunal.

Se informa que la dueña de la mascota conserva la facultad de apelar esta decisión ante la Corte Suprema.