Un estudio reciente de Laborum.cl, realizado en colaboración con Combo, ha expuesto una preocupante realidad sobre la salud mental en el ámbito laboral chileno, situando al país en una posición desfavorable dentro de la región.
El informe, denominado “Desafío Invisible: salud mental en el trabajo”, detalla los hallazgos y evidencia una marcada disparidad entre las necesidades de los empleados y las respuestas ofrecidas por las compañías.
Según los datos recopilados, el 54% de los trabajadores en Chile ha declarado padecer o haber padecido un diagnóstico de salud mental.
Los padecimientos más frecuentes incluyen la ansiedad generalizada, que representa el 33% de los casos, seguida por el trastorno depresivo mayor y la ansiedad social, ambos con un 14%.
Estas cifras ubican a Chile como la nación de la región donde más personas reportan autodiagnósticos de este tipo.
El estudio también subraya que las relaciones laborales constituyen un factor determinante en el deterioro del bienestar psicológico.
Un 74% de los participantes afirmó que su salud mental se vio impactada negativamente por la relación con su jefe o jefa, mientras que un 51% señaló a conflictos o tensiones con compañeros de trabajo como causa.
En una comparación regional, Chile, junto con Argentina, encabeza la lista de países donde los trabajadores atribuyen a sus superiores la mayor parte de su malestar emocional, superando a Panamá, Ecuador y Perú.
A pesar de la alta incidencia de diagnósticos, el silencio prevalece en el entorno organizacional. Un 59% de los trabajadores indicó no haber comunicado su condición de salud mental a su superior.
Entre aquellos que sí lo hicieron, los resultados fueron predominantemente adversos: un 41% aseguró que la empresa no implementó ninguna medida, un 22% recibió algún tipo de apoyo y otro 22% afirmó haber sido despedido poco después de revelar su situación.
Adicionalmente, un 12% refirió haber experimentado un trato diferenciado tras compartir información sobre su estado de salud.
La percepción de indiferencia por parte de las empresas es contundente. Siete de cada diez empleados manifestaron que en sus organizaciones no existen iniciativas de bienestar, y un 54% señaló la ausencia de políticas de apoyo en salud mental.
En consonancia con esto, el 82% cree que a las empresas no les importa su salud mental, cifra que iguala a Argentina y representa el porcentaje más alto de la región.
A pesar de que más de la mitad de los trabajadores reporta algún diagnóstico, solo un 9% afirma trabajar en compañías que disponen de políticas formales de asistencia.
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