El cerro Chuño en Arica volvió a ser el foco de una escalofriante investigación ligada a la célula de Los Gallegos, uno de los brazos más violentos del Tren de Aragua en Chile. La policía formalizó a uno de los dos sujetos implicados en el homicidio de Rafael Villamizar Lovera (40), un ciudadano venezolano que, según el Ministerio Público, era exmilitar y formaba parte de la propia estructura criminal.
El cuerpo de Villamizar fue hallado el 15 de mayo de 2025 enterrado bajo una capa de cemento, dentro de una maleta negra que le pertenecía. El cadáver fue compactado con un sistema de amarras tensadas para reducir su volumen.
El asesinato comparte patrones con el crimen del exteniente venezolano Ronald Ojeda (cuerpo hallado en una maleta bajo cemento en Maipú). Sin embargo, en este caso existe una diferencia clave: Villamizar no era un extraño al mundo criminal, sino que la víctima habría tenido nexos con la organización delictual.
La investigación de este homicidio reveló una alarmante tendencia: la incorporación de capacidades militares al crimen organizado, según informó CIPER Chile.
En este crimen, el Ministerio Público identificó la participación de Alfredo José Timaure (alias “Jumper” o “El Pure”) y Víctor José Salazar Oliveros. Antecedentes de la causa indican que Salazar habría sido sargento mayor de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Cumaná, Venezuela. Salazar se encuentra hasta la fecha con orden de detención vigente.
Esta misma estructura, liderada por Timaure, protagonizó tres meses después el secuestro de otro miembro de la banda con pasado militar el 1 de agosto pasado, quien había formado parte de la 41 Brigada de Artillería del Ejército Bolivariano en 2013.
El secuestro y asesinato de Villamizar, así como el secuestro posterior, responden a una "lógica paramilitar" del crimen organizado transnacional.
El exoficial de Carabineros y experto en seguridad, Pablo Zeballos, explicó a CIPER que la incorporación de exuniformados es una estrategia deliberada de las organizaciones criminales:
“La experiencia internacional muestra que el reclutamiento de personas con formación militar o policial especializada es una estrategia utilizada por organizaciones criminales que buscan potenciar su marca y profesionalizar su violencia y su aparato de control del territorio”.
El modus operandi del grupo, reconstruido por la Fiscalía, revela un alto nivel de disciplina y violencia:
- Secuestro y Estrangulamiento: Las víctimas son inmovilizadas con cinta adhesiva y asfixiadas con cadenas o cuerdas para estrangularlas.
- Ocultamiento de alto impacto: Los cuerpos son colocados en maletas, enterrados en viviendas abandonadas del Cerro Chuño y cubiertos con concreto.
El experto Zeballos detalla que este método es un "mensaje criminal" y una "demostración de capacidad de control territorial", “se construye un relato interno donde se castiga la traición, el robo, el desacato o la colaboración con rivales o autoridades. Parte de la gobernanza criminal es ejercer miedo sobre el barrio y también sobre la propia organización”.
El fiscal regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera, confirmó la tendencia: “Nos ha ocurrido con personas de origen venezolano y también con personas de origen colombiano y no solamente relativo al Ejército sino también a expolicias que han pasado a formar parte de alguna organización”.
El secuestro de Villamizar Lovera ocurrió el 10 de diciembre de 2024, cuando fue interceptado por Salazar, siguiendo instrucciones de Timaure, apenas descendió de un bus de la Región Metropolitana en Arica, con la presunta intención de regresar a su país.
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