Catalina Cayazaya, la joven que se suicidó tras denunciar malos tratos y acoso de profesoras

La madre de Catalina Cayazaya Cors, estudiante de terapia ocupacional en la Universidad de Los Andes, reveló la denuncia sobre los hechos que condujeron al trágico desenlace de su hija.

03 de Abril del 2024 · 16:00
Catalina Cayazaya, la joven que se suicidó tras denunciar malos tratos y acoso de profesoras
Archivo

En la Universidad de Los Andes, una alumna de terapia ocupacional se suicidó después de haber reportado acoso y maltrato por parte de sus docentes, suceso ocurrido el 16 de marzo. Carolina Cors, la madre de la estudiante fallecida, Catalina Cayazaya Cors, reveló la situación mediante las redes sociales.

El 16 de marzo de este año la encontré muerta en la mañana, con una nota pidiéndome perdón por no poder resistir tanto dolor”, declaró la madre en una misiva que compartió en Instagram el martes, bajo el título “A Catalina le arrebataron las ganas de vivir”.

Según la señora Cors, su hija enfrentó varias anomalías durante su quinto año en el programa de terapia ocupacional en la mencionada universidad, a la cual había ingresado en 2017.

“Pasó los primeros 4 años sin problemas, querida por sus pares y profesores. Hasta que en 2022 inició el internado. En un lugar donde está normalizado el maltrato a los internos en las carreras de la salud”, relató la madre.

La situación se agravó con los abusos de la profesora que era la tutora de Catalina durante su internado.

“Su primer internado le tocó una tutora de TO (terapia ocupacional) que usaba a las internas para realizar talleres y que las trataba según el ánimo con que amanecía, incluso con insultos y faltas de respeto. Lo comentó con su profesora a cargo, pero sin ningún resultado”, afirmó en la carta.

Tanto así que para Cata fue una sorpresa que en las evaluaciones preliminares la felicitaran por su desempeño. Se presentó al examen sin nota de desempeño y con la exigencia de evaluar a la tutora previo a éste (ambas situaciones completamente irregulares e ilegales, en conocimiento de la universidad). La evaluó creyendo que no llegaría a ella hasta después. La reprobó”, prosiguió.

La joven acudió a la dirección para exponer estas irregularidades, pero fue ignorada y tildada de "sensible", en un tono peyorativo, según el texto.

La queja señala que las autoridades universitarias convocaron individualmente a las alumnas que apoyaban a Catalina, acusándolas de mentir y amenazándolas con suspensiones del internado. Esto llevó a Catalina a solicitar una licencia psiquiátrica, encontrándose "destruida y sin esperanzas".

En su segundo internado, la situación no mejoró. Catalina tuvo que enfrentar largas jornadas laborales, sin la supervisión adecuada, y sus reclamos fueron nuevamente desoídos.

En las dos evaluaciones preliminares pasó bien calificada, sin ninguna retroalimentación negativa. Pero la última semana la tutora se enteró que no tendría interna en la próxima rotación, a causa de la cantidad de licencias por salud mental de las que habían pasado con ella. Un día antes del examen informó que Catalina no podía presentarse porque la encontraba deficiente”, explicó la madre.

Catalina exigió su derecho a examinarse tras enfrentar estas adversidades, aunque finalmente recibió una evaluación injusta, de acuerdo con la carta.

Estos eventos desencadenaron un profundo desaliento en Catalina, según indica su madre, quien también relató haber buscado dialogar con los profesores y la directora de carrera en la universidad, lamentando la falta de comunicación sobre el suceso dentro de la comunidad universitaria.

En respuesta, la Universidad de Los Andes emitió un comunicado lamentando el fallecimiento de Catalina y anunció la realización de una investigación exhaustiva, así como la revisión de sus prácticas clínicas, comprometiéndose a fomentar un ambiente de aprendizaje respetuoso y seguro.

“Nuestro dolor por el fallecimiento de Catalina Cayazaya y el gran sufrimiento por el que está atravesando su familia, amigos, compañeros y cercanos”. “Iniciamos una exhaustiva investigación para determinar las eventuales responsabilidades. Al mismo tiempo revisaremos el sistema de prácticas y vínculos con los campos clínicos que buscan garantizar un ambiente seguro para nuestros estudiantes”, expone la declaración.

“Reafirmamos nuestro total rechazo a cualquier tipo de maltrato y el compromiso de asegurar un ambiente de aprendizaje respetuoso y amable donde se facilite la escucha, el diálogo y la acogida”, añade.

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