El Supremo Tribunal de Brasil alcanzó este jueves una mayoría de tres votos para condenar al expresidente Jair Bolsonaro por liderar un intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. Se le imputan los delitos de tentativa de golpe, abolición violenta del Estado democrático de derecho, organización criminal, daño al patrimonio público y deterioro de bienes protegidos.
Según la denuncia, la conspiración comenzó en 2021, cuando Bolsonaro y su entorno empezaron a sembrar dudas sobre la seguridad de las urnas electrónicas y a difundir la idea de un fraude inminente. Esta narrativa buscaba preparar a la opinión pública para desconocer el resultado de las elecciones, en las que Lula se impuso por un estrecho margen.
La acusación sostiene que Bolsonaro fue “el principal organizador, beneficiario y responsable de los actos más graves contra el Estado de derecho”.
La investigación de la Policía Federal identificó la existencia de una organización criminal dedicada a mantener al expresidente en el poder. El plan, según la fiscalía, incluso llegó a contemplar el asesinato de Lula, su vicepresidente Geraldo Alckmin y el juez Alexandre de Moraes.
La violenta ocupación de las sedes de los tres poderes el 8 de enero de 2023 fue el último intento de anular la voluntad popular, con el objetivo de “forzar la intervención de las Fuerzas Armadas” para “deponer el gobierno electo”. Sin embargo, la maniobra fracasó debido a que los altos mandos militares se negaron a respaldar a Bolsonaro.
El exmandatario rechaza las acusaciones, afirmando que los cargos en su contra tienen una motivación política.
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