Este jueves 1 de diciembre, la corte internacional de justicia (CIJ) de La Haya falló por la demanda de Chile en el caso Silala, conflicto entre nuestro país y Bolivia por el uso de las aguas del río altiplánico.
La corte aseguró que no le compete pronunciarse sobre el uso internacional de las aguas ni el uso equitativo y razonable, puesto que ambos países ya habían acordado durante el proceso que así era.
"La corte constata que Bolivia reconoce que las aguas del Silala se clasifican como un curso de agua internacional", indicó la presidenta, Joan Donoghue.
Sobre el uso equitativo y razonable del caudal, el tribunal señaló que "durante el procedimiento quedó claro que las partes concuerdan que en ese principio se aplica a toda el agua del Silala, independiente de su característica natural o artificial y que las partes acuerdan que tienen derecho al uso equitativo y razonable según el derecho internacional consuetudinario".
Asimismo, declaró que "Chile no debe indemnizar a Bolivia por el uso de las aguas en el pasado".
La corte avaló cuatro de los cinco puntos de la demanda de Chile, incluyendo que el Silala es río internacional y que ambos países tienen derecho a un uso razonable y equitativo de las aguas.
Solo rechazó el punto en cuanto a que Chile demandaba que Bolivia ha incumplido en notificar y hablar con nuestro país por el Silala.
La corte también avaló dos de los tres puntos de Bolivia. Reconoce que tienen derecho a las aguas y a retirar la canalización. Puntos que también avala Chile, por lo que no hay controversia.
En cuanto a compensación, Chile no tiene que pagar de manera retroactiva a Bolivia y solo podría hacerlo a futuro en caso de acuerdo.
Conflicto
El caso se remonta al año 2016, cuando Chile presentó una demanda por las aguas del Silala, en medio de otro diferendo entre ambos países en la CIJ, pues antes La Paz demandó obligar a Chile a negociar una salida soberana al mar, lo que fue rechazado por el tribunal en octubre de 2018.
En específico, por el caso Silala, Chile demandó a la CIJ a que declare el río como internacional de cauce sucesivo y de uso de aguas compartidas.
Por su parte, Bolivia sostiene que el Silala es un afluente que nace en su territorio, en manantiales y en aguas subterráneas, y que parte importante del flujo de agua que corre hacia Chile es de carácter artificial y que, por ende, nuestro país debía pagar por su uso.