Con la llegada de la temporada de verano, muchas personas realizan excursiones hacia sectores precordilleranos de la Región del Maule, aprovechando la flora y fauna que el entorno natural ofrece a los turistas, muchos de los cuales no respetan la naturaleza y no muestran conductas de cuidado del medioambiente.
Al respecto, el encargado de Investigación y Educación Ambiental del Jardín Botánico y Arboretum de la Universidad de Talca, Persy Gómez, señaló que “es fundamental mantener la limpieza en áreas naturales, ya que la basura puede afectar directamente en el deterioro del sistema, causar la contaminación de los recursos hídricos y la pérdida de biodiversidad”.
En este sentido, dijo el especialista, existen diversos comportamientos que realizan algunas personas que parecen inofensivos, pero que afectan el ecosistema. Uno de ellos, explicó, es la creencia de que los desechos orgánicos o biodegradables no perjudican el entorno.
“La cáscara de plátano demora aproximadamente 3 meses en descomponerse. Es cierto que una pieza de fruta necesita apenas unas semanas o meses, tampoco es tóxica para el ambiente, pero acarrea otras consecuencias negativas en la flora y fauna”, advirtió Gómez.
Por ejemplo, apuntó el experto, dejar alimentos de forma habitual en zonas naturales “afecta al comportamiento de los animales nativos. Dejan de ser huidizos con los humanos y el encontrar alimento sin esfuerzo hace que sean menos independientes. Estas simples acciones antrópicas pueden causar un desequilibrio en la cadena animal”.
Otro de los errores más comunes apuntados por Gómez, es utilizar lociones para el lavado de loza o los baños con detergentes en aguas de río o lagunas: “No es recomendable, estamos de igual forma contaminando, añadiendo sustancias o productos extraños al sistema. En Chile y el mundo, no es un problema menor y que causa un gran impacto, sobre todo en la fauna, por ejemplo hay muchas aves acuáticas que han sido encontradas muertas por el consumo excesivo de plástico”.
El investigador se refirió, especialmente, a la importancia de la educación ambiental, ya que brinda “una de las mejores herramientas de manejo, mediante la concientización de los visitantes y la comunidad de influencia”.
“Falta una mayor conciencia y respeto sobre la naturaleza, sobre todo en la actualidad, considerando que los procesos de deforestación, cambio de uso del suelo y pérdida de hábitat alcanzan cifras alarmantes. Más aún, teniendo en cuenta el desconocimiento de cómo van a reaccionar nuestros sistemas naturales y especies ante el cambio climático”, subrayó Gómez.
Algunas de las recomendaciones entregadas por el especialista para recorrer reservas naturales son: seguir los senderos establecidos, no cortar ramas, flores ni frutos, no interactuar con animales, no botar basura, solo cocinar y acampar en lugares especialmente autorizados y señalizados, encender fuego donde corresponde, en lugares definidos y en compañía de un adulto si se trata de niños. Y, finalmente, el auto cuidado para evitar lesiones, accidentes graves o eventuales muertes.
Otro de los aspectos a considerar en la visita a las zonas precordilleranas o turísticas, es seguir manteniendo las medidas de protección por el COVID-19. Especialmente, cuando hay una alta cantidad de personas circulando en el lugar.
“Hemos visto que con estos cambios de temperatura ha habido un aumento de aglomeraciones en zonas precordilleranas, así también en bordes costeros de ríos. Esto es un punto negativo, debemos recordar que estamos en pandemia y el virus sigue circulando, por lo tanto siempre va a ser un riesgo salir de nuestro hogar”, aseguró Daniel Jiménez, epidemiólogo director de Salud del Estudiante de la UTalca.
En este sentido, Jiménez, comentó que “es muy importante seguir estas medidas de distanciamiento físico, lavado de manos y uso de mascarillas de manera adecuada para que así nos podamos proteger del Coronavirus. También debemos pensar que al ir a estas zonas, pueden haber otras enfermedades, como el hantavirus”.
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